Todo aquel que alguna vez ha fumado mota, echado un porro, o como le quieran llamar, ha experimentado en mano propia lo que son los munchies. Pero para los que no, aclaro: es la sensación que tiene una persona al fumar marihuana, que la hace querer (o más bien necesitar) comida. Pero no solo eso, lo que comes también tiene un sabor intensificado, lo que le da un doble placer al consumidor. Pero, ¿cuál es la razón fisiológica para que esto pase?
La sustancia activa en la marihuana es el tetrahidrocarbocannabinol (para los que no queremos leer eso: THC). Esta sustancia es el endocannabinoide más importante que se conoce. Tu cuerpo funciona con estos receptores cannabinoides que reaccionan ante algunos estímulos y producen un resultado. El hipotálamo usa estos endocannabinoides para mandar señales diciendo que te sientes de cierta manera, entre ellas hambriento. Generalmente, estos compuestos los sintetiza tu organismo precisamente para que te dé hambre. En palabras un poco más simples, cuando fumas marihuana, la cantidad de THC que hay en tu cuerpo aumenta mucho, por lo tanto tu cerebro lo interpreta como algo muy simple: dame lo que sea de comer, y dámelo ¡YA!
Pero regular el apetito no es lo único que hacen los endocannabinoides. También manejan tu estado de ánimo y cosas como la relajación, disminución de estrés, control de movimientos y el sueño. Y no cabe duda que el placer que se experimenta al comer aumenta muuucho gracias a éstos.
Fuentes:
FUENTE 1
FUENTE 2